Los periodistas y medios de comunicación
dedicados a informar e investigar temas el narcotráfico y el crimen en general,
están en la línea de fuego. Las organizaciones criminales amenazan, asesinan y
hacen desaparecer a reporteros que indagan sobre sus actividades poco lícitas.
Muchos estados no dan las garantías de seguridad mínimas para que la prensa
pueda hacer su trabajo sin temor a represalias. Periodistas y medios, muchas
veces, recurren a la autocensura por su propia seguridad. Los ciudadanos como
consecuencias de estos problemas se ven afectados a la hora de enterarse del
peligro que corren miles de ciudadanos.
Las formas de actuar de
estas bandas cambian mucho dependiendo de la zona en la que se encuentren.
México es uno de los países que se ve más afectado.
En general, los líderes
latinoamericanos se muestran intolerantes cuando les critica la prensa. Se aprecian numerosos
intentos de restringir el flujo informativo a través de las redes sociales. El
crimen organizado influye en la política,
las fuerzas de seguridad pública, la justicia y la prensa.
Actualmente,
gracias a la difusión e importancia que tienen las redes sociales, el crimen organizado se posiciona de forma
estratégica para controlar la información sobre sus operaciones. Por lo que
muchos periodistas han decidido trabajar desde el anonimato para evitar
represalias de parte de los criminales.
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